Que estemos en Hungría no es casualidad. De aquí son nuestros grandes amigos Matev y Anita, que no han dudado un solo segundo en abrirnos las puertas de su casa y formar parte de su familia por unos días. Que yo esté embarazada de casi 6 meses de nuestra segunda hija también ha condicionado que decidamos veranear en un lugar en el que nos sintamos como en casa.
No es la primera vez que visitamos Hungría. Ruben por trabajo ha visitado múltiples veces este país, y hemos pasado varios fin de año en Budapest. Pero jamás ha sido en familia y en verano, vaya, unas vacaciones veraniegas en toda regla.
Pues bien, a día de hoy casi no se ni como se llama el lugar donde estamos, nos llevan y nos traen por donde ellos quieren, y aquí estamos dejándonos llevar... Jajaja. Pero voy a hacer un pequeño esfuerzo para explicaros algunas cosillas, ya que vinimos sin ninguna expectiva, sin saber muy bien donde iríamos, y lo cierto es que nos hemos llevado una grata sorpresa. Este país promete y mucho para unas vacaciones en familia.
Llegamos a Budapest en avión y como no podía ser de otra manera, nos vinieron a recoger. Muchos húngaros, al igual que muchas familias españolas tienen una segunda residencia no muy lejos de Budapest en zonas más rurales o a orillas del Danubio. Nosotros estamos en Nagymaros. Un pueblito a la orilla del Danubio, justo en la curba del mismo , que pese que ellos insisten en decir que es turístico (turismo interno), nosotros lo notamos casi desértico, especialmente acostumbrados a las grandes aglomeraciones de España. Nos alojamos en una pequeña casa familiar de la familia de Anita rodeada de bosques y a pocos minutos en coche de la orilla del Danubio.
Voy a nombrar los puntos positivos que me han sorprendido de manera bien grata de Nagymaros:
No hay aglomeraciones, te puedes relajar allá donde vayas.
- El Danubio, en esta zona, esta repleto de zonas de baños. No conocíamos las ventajas de bañarse en un río, pero lo cierto es que con niños, hasta me atrevo a decir que es mas ventajoso (y eso que somos unos amantes de la playa): hay zonas de arena fina como en cualquier playa, no hay olas, la entrada al agua es progresiva y no cubre, no pica los ojos, rodeado de restaurantes que no te rompen el presupuesto del mes.
- La comida Húngara es variada, buenísima (aunque muy calórica) y muy barata.
- La mayoría de los restaurantes húngaros cuenta con zonas exteriores con zonas de juegos para los más peques, lo que es liberador y ayuda mucho.
- Nagymaros también cuenta con alguna de las montañas más altas del país, que creo recordar, no superan los 1000 metros de altura. Los parques infantiles cuentan con juguetes comunitarios (cubos, palas, etc), y los que son de arena, son de arena fina que permite que los niños estén descalzos todo el tiempo.