FELIZ 35 CUMPLEANYOS!!!

Atardecer en Nunguy

 

 Lo de cumplir años en cualquier parte del mundo se esta convirtiendo en un clásico, y eso de celebrarlo con cualquier desconocido o alguien que acabas de conocer empieza atener su gracia. Pero que mejor regalo que pasar mi 35 cumpleaños tumbada bajo el sol africano, en una de las mejores playas del mundo, con arena blanca y fina bajo mis pies y con el agua turquesa del mar? Y es que desde que llegamos a Nunguy no nos hemos movido. A pesar de ser una zona muy turística, la verdad es que no deja de ser un playa espectacular, así que para que movernos mas? Y es que aquí se entra en un estado de letargo absoluto... Es mas...creo que el aire de esta isla tiene alguna droga que hace que de dejes las cosa olvidadas por ahí... Porque a este ritmo creo que menos la dignidad lo he ido perdiendo todo (vamos que he vuelto descalza a la habitación, me he dejado ropa o incluso la bolsa....). 

Pues eso, con un año mas sobre mi espalda pero con menos cosas en mi mochila (las que me he ido olvidando por ahí), toco celebrar mi bien merecida fiesta de cumpleaños. Y es que al final los pequeños detalles son los que cuentan... Y que una pareja de eslovenios recién conocidos mientras cenábamos en la misma mesa te regalen una caja de galletas (que aquí valen su precio en oro), con una vela enganchada encima y una postal con feliz cumpleaños en Eslovenio, no tiene precio. Pero una ocasion de este tipo correspondia acompañarla de unas cervecitas y de buena musica, que de esto ultimo se encargo Ruben, quien no se sepára de su ipod, no sea que aparezca una fiesta inesperada y no tengamos musica. Asi que con mi dj favorito, estuvimos toda la noche bailando al ritmo de Reagge y funkie... Porque aquí a la que los sacas del reggae saltan chispas... Así que acompañados de bob Marley, James Brown y Aretha Franklin estuvimos moviendo el esqueleto.... Bueno, yo mas que Ruben. En primer lugar porque el decidió tomar las riendas de la música y, en segundo lugar porque aquí a la que Ruben se descuidaba era secuestrada por cualquier chico de la zona, que me colmaba de alagos intentando conquistar mi corazón. Se nota que andan entrenados en el juego de la conquista a la turista... Pero a mi lo único que me interesaba de ellos era compartir un buen rato de música y baile, y eso estuvo garantizado. Porque lo de bailar es algo que llevo compartiendo con los tanzanos y tanzanas en las ultimas noches locas, y me encantaaaaa! Eso si, llega un momento que toca poner un limite, al menos a una occidental como yo, que a pesar de que entre ellos y ellas se rozan tanto que creo que acaban con la piel roja, para nosotros puede resultar algo "pecaminoso". Así que entre cervezas, conyagui, música y bailes, acabe con una Rasta en mi suave pelo como regalo de cumpleaños. Es el riesgo que se corre cuando una anda rodeada de rastafaris.... Que todo se pega... 

Compañeros de juerga