sábado, 4 de agosto de 2012

DE REGRESO, PERO ANTES UN PASEO POR JOHANESBURGO Y ESTAMBUL


Soweto

Despues de pasar una semana en Zanzibar, se hizo muy duro abandonar esa idilica playa (Nungy)... sobre todo, cuando sabiamos que nos esperan tres dias de viaje de regreso a Barcelona. Y que por qué tanto? Pues como nos dio un ataque de impulsividad y nos plantamos en Tanzania, nuestro vuelo de regreso era desde Johanesburgo. Intentamos cambiar el billete de avión, pero no era un billete cambiable, así que no nos quedó otro remedio que comprar un billete de vuelta a Johanesburgo. Eso suponía alejarnos de Barcelona, pero que remedio... Así que de Dar es Salam cogimos un vuelo con South África Airlines (espacioso y buen desayuno) a las 6 de la mañana que nos dejaría en Johanesburgo a las 9,30 am. Teníamos 5 horitas para visitar la ciudad. Pero ante el repetitivo mensaje de que la ciudad tiene serios problemas de transporte publico y de criminalidad, a ver quien era el bonito que se aventuraba a meterse en una ciudad donde solo el barrio de Soweto tiene 4 millones de habitantes. Así que contratamos un Guia y un tour privado que nos costo 100€ (un taxi de ida y vuelta al museo de la Apartheid ya cuesta unos 70€). Fuimos al punto de información turística del aeropuerto y nos presentaron a Victor, nuestro futuro Guia. Nos montamos en su Mercedes y nos adentramos en la ciudad. Confiamos a el nuestras mochilas, que irian en el maletero. Victor es negro (mas adelante entenderéis porque destacamos este detalle). Victor nos llevo a Soweto, fue una visita fugaz, que visitamos desde del coche... El tiempo no daba para mas... Pero te permite ver como un barrio con una población que dobla la barcelonesa, combina zonas de barraquismo y sin agua corriente, con edificaciones mas nuevas. 


En Soweto encontramos la casa de Nelson Mandela y Desmond Tutu, dos premios nobel de paz que crecieron en la misma calle. Y es que Soweto fue construido en los 40, para enviar a la familias negras fuera del centro de la ciudad, segregando claramente a los trabajadores en las minas de oro de raza de negra. La siguiente parada fue en museo del Apartheid ( 5 € por persona). Aunque lo visitamos en una hora y media, podrías pasar todo un día entero leyendo su historia y saltándosete las lagrimas. Porque resulta difícil imaginár hasta que punto el ser humano puede llegar a ser tan agresivo y despiadado, y como un 20 % de la población (blancos) pudieron segregar al resto de la población negra e India. Y lo mas difícil de imaginar es que el Apartheid acabase tan solo hace 15 años. La segregación social sigue existindiendo, porque aunque los negros pueden utilizar los servicios, el poder económico y social lo tienen los blancos y las diferencias se notan en todas las esquinas. Así, que con algún libro mas que leer en la mochila, continuamos nuestra visita turística por Johanesburgo centro. Y es que lo que fue el centro histórico y economico de la ciudad, quedo deshabitado, siendo actualmente un gran ghetto. Después del Apartheid (en los 90), los negros que habían tenido vetada su entrada a la ciudad fueron en busca de trabajo, pero como no hubo trabajo para todos, algunos se dedicaron a la criminalidad, lo que provoco un aumento de esta y una huida progresiva de los blancos y empresas a los suburbios de la ciudad. Aunque el gobierno a intentado volver a activar esta parte de ciudad, según Victor, ha fracasado. Y es que el centro de la ciudad esta repleta de edificios vacíos, de prostitución, camellos y Yonquis. No es que lo queramos estigmatizar mas, simplemente decimos lo que nos dijo nuestro Guia. Y es que a través de la ventana lo que realmente vimos fueron personas negras de aquí para allá, pero ni yonquis ni prostitutas. Según Victor, si nos bajáramos del coche no podríamos llegar al edificio de la siguiente manzana enteros. Recuerdo que nuestros Couchsurfers de Johanesburgo nos dijeron que si que se podía visitar el centro durante el día... Así que nos quedamos con la duda.... Ya que para los que hemos crecido en barrios estigmatizados por la exclusión sabemos lo fácil que supone que etiqueten un territorio y lo fácil que resulta olvidar que en muchos de esos barrios la mayor parte de la población es honrada. Pero, evidentemente, ante la duda, nosotros no teníamos la menor intención de tentar la suerte, porque estamos en South África, y Johanesburgo es la ciudad mas grande de todo el continente, con una historia de segregación que pone la piel de gallina, y su estructura de ciudad se aleja enormemente de la nuestra. Ademas, cuando el Rio suena... Y es que nos hemos quedado con la sensación que las diferencias entre blancos y negros son mucho mas que palpables. Que la vida de Tessa y Antón es totalmente diferente a la de nuestro Guia negro. Porque Tessa y Antón tienen una empresa de comunicaciones, viven en un suburbio,en una casa con la que cualquiera que pueda estar leyendo esto soñaría y con códigos culturales próximos a los nuestros. Mientras que nuestro Guia no entendía como nuestros hombres solo tenían una mujer, y si un hombre negro solo tenia una mujer no era respetado. El tenia dos, la primera la eligió su madre y la segunda su primera esposa. Ambas viven en la misma casa pero en habitaciones diferentes. Visita su casa una vez al mes, cuando sale de Johanesburgo para pasar un fin de semana con su familia. Pero,aunque nos sonaba a broma, le pregunto a Ruben cuantas vacas había pagado a mis padres por mi... Porque los de su tribu paga en vacas o en dinero por cada esposa. Pero parecía que la cosa lo decía en serio... Ademas, no es la primera vez que nos hablan de la tradicion del pago por la mujer, ya en Tanzania nos habían contado eso de pagar a la familia de tu futura esposa. Aunque mas sorprendido se quedo Victor cuando le dijimos que en España (intentábamos) compartir las tareas del hogar... Así, que nos volvimos al aeropuerto con una sensación rara... Intentando entender una ciudad que se nos escapa de nuestro canones, e intentado digerir el contraste entre lo que vivimos con Tessa y Antón, y lo que nos mostró Victor. 

Johanesburgo
Entrada al museo del Aparheid
Y después de 9 horas de avión conTurkish Airlines, llegamos a Estambul, donde nos tocaría hacer una escala de 15 horas. Cuando compras el billete piensas puede ser gracioso visitar la ciudad pero cuando llevas 24 horas de viaje sobre tus doloridas cervicales y pies hinchados, te gustaría que te hubieran atado de pies y manos para no haber comprado ese billete. Pero llegados a este punto, rescatamos alguna energia de nuestras reservas pára visitar la ciudad en un tour de 7 horas. Aunque Turkish no hace publicidad de esto, alguien nos comento que esta compañía ofrecía un tour por la ciudad a sus clientes. Y así ha sido. Te pone a tu servicio un Guia en ingles (para otro idioma hay que avisar por adelantado), un vehículo y desayuno y comida durante el día. Te llevan a los puntos mas importantes de la ciudad, lo que te permite hacer una ligera degustación de lo que promete esta bellisima ciudad... Que es mucho. Y entonces te das cuenta de lo afortunados que somos en Europa, de las bellas ciudades repletas de alimentos que tenemos, donde se puede ir de punta a punta caminando. Que buen regalo para acabar nuestras vacaciones, y todo gratis.

Cuestiones practicas:
- el tour con Turkish Airlines se solicita en la zona de partidas, en el desktop de la compañía. Es totalmente gratuita y hay dos versiones la corta y la rápida, es decir, la que acaba a las 15 y la que acaba un poco mas allá de las 17.
- el tour con Guia por Johannesburgo se contrata fácilmente en la mesa de información turistica que te encuentras nada mas salir a la zona de llegadas. 


Vistas de Estambul
Compañeros de Tour Turistico from Indonesia, y mas adelante Couchsurfers en casa


2 comentarios:

carnet manipulador de alimentos dijo...

si te has pasado un ratito por johanesburgo a sido una vuelta curiosa eh? :)
Un saludo para el blog!

Camila dijo...

Que bello que es poder disfrutar de recorrer distintos lugares y disfrutar de vincularme con otra gente. Trato de obtener vuelos con promocion para poder conocer muchas bellas ciudades a un precio económico