Si tenemos que explicar que hemos hecho los dos dias que pasamos en Bangkok, creo que lo de walking flow es la mejor definicion. Hemos caminado, ido de aqui para alla pero sin un objetivo concreto. Lo mas especial ha sido compartir con Fran, un amigo que actualmente vive en Bangkok, grandes charlas y muuuucha cerveza. De hecho dos de las 3 noches acabaron a las 4 de la manyana. Es lo que tiene Bangkok, resulta a veces imposible no alargar los ratos de companyia con otros viajeros y en nuestro caso con Fran y otros expatriados.
Por suerte, a pesar del calor (aunque aqui dicen que en este tiempo no hace tanta calor) y de las caminatas por la ciudad, una amiga de Fran francesa y actualmente de vacaciones, nos dio permiso para utilizar las instalaciones de su apartamento, su piscina, sauna y gimnasio. Los ratos en la piscina fueron un gran oasis entre el calor y el caos de la ciudad.
Un dia lo dedicamos a ir a la embajada de Myanmar para tramitar el visado, y otro simplemente a fluir.
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